Ya nadie se fija en la plata y en parte es totalmente normal; al fin y al cabo ya no es popular y su uso industrial ha caido a niveles de bambalinas. Esta realidad es refutada en una situación gráfica más bien plana, sin exageraciones ni volatilidades significativas. Y no. No pretendo que este artículo sirva como presentación de una oportunidad o estrategia; más bien pretendo realizar de cronistas y recordar la evolución del precio, que al fin y al cabo es su demanda. Lo reconozco, también tiene un sentído romántico y por este motivo quiero recordar que la plata sigue siendo un metal y que en cualquier momento puede recobrar su esplendor y protagonismo. Lo sé, esto parece aún lejano sobretodo si lo comparamos con su hermano mayor, el Oro. Si aceptamos coerta correlación como un diferencial aceptable entre ambos metales y, si tuviera sentido una estrategia de spread, entonces la plata se mantendría en la cúspide del interés. Pero ojo, entre máximo interés y absoluta irrelevancia, s...